©Carlos Prieto |
Aunque para algunos la excusa es esta para otras personas tan solo se trata de pasar un dia con su familia de "excursión", generalmente éstos son los llamados "pixapins" por los habitantes de la comarca. Para quién no sepa catalán los "pixapins" sería algo así como los "meapinos" que es como se denomina de forma coloquial a los habitantes de Barcelona cuando salen de su hábitat natural y se adentran en comarcas menos urbanitas.
No me deja de asombrar que cada visitante lleva consigo una caja con la coca d´Espinelves debajo del brazo, supongo que es para certificar la visita a amigos o familiares.
Dejando de lado cuestiones anecdóticas, comentar que la múltitud de paradas hace imposible que no haya alguna que no atraiga la atención del más exigente.
Especialmente interesante los puestos de trabajos artesanales como por ejemplo la de este trabajador del vidrio con su soplete.
Hasta la de adornos para el hogar.
O adornos navideños.
O el clásico churrero.
Como el pueblo es pequeño, hace frío y los visitantes son muchos no es de extraño comprobar que los pocos bares existentes en el pueblo estén repletos.
En definitiva, es una buena propuesta para pasar el día en família de forma entrañable en un pueblecito que se encuentra a apenas 1h de coche de la ciudad de Barcelona con un ambiente prenavideño que se puede palpar en todos sus rincones.
Muy bonita la crónica, Carlos. Estuve en Espinelves gracias a tus imágenes y tu texto!!
ResponderEliminar¡Gracias Marcelo, de todos modos tenéis que venir un día a verlo con tus propios ojos!
ResponderEliminarMuy bien, Carlos. La verdad es que es un reportaje a la altura del Descobrir Catalunya. Por cierto, esto de la Navidad, con sus rituales, "rebifa i molt" cuando tienes críos. En casa ya entramos de pleno en las fiestas desde el puente pasado.
ResponderEliminarGracias Rafa,
ResponderEliminarhay que aprovechar estos días prenavideños y las múltiples propuestas que aparecen en cada pueblecito.
Dentro de poco aparecerán los pesebres vivents, otro espectáculo.