Los desplazamientos en la ciudad se hacen larguísimos, durante los primeros trayectos incluso hacen gracia pero con el paso del tiempo (no me imagino como debe ser para los estresados neoyorquinos) la pesadez de cada trayecto se incrementa exponencialmente. Mucha paciencia, cansancio y una especie de estado de apesadumbramiento invaden la atmósfera de vagones y estaciones.
En unos días subiré el reportaje completo a la página web.
@Carlos Prieto
Impresionante el posado chulesco del joven afroamericano de la segunda foto, incluso dormido o con los ojos cerrados se mantiene imperterrito!
ResponderEliminarAh y tengo una cañí debilidad por la foto de esos "Manolos" versión sudamericana, el tipo de la izquierda no se si me da miedo o risa. ¡Tiene buena pinta el reportaje!
ResponderEliminarCarlos, por la primera y la útima fotografía, valió la pena el viaje!! me gustan mucho!!
ResponderEliminarCreo que lo del posado chulesco ya es algo innato en ellos, de hecho no creo que sea ni un posado... simplemente son así...
ResponderEliminarBuenas fotos Carlos, la primera y segunda, en esta ultima emulando a Walker Evans!
ResponderEliminarPedro, gracias por pasarte por aquí.
ResponderEliminarLa verdad es que es casi inevitable que se cuele una fotografía al "estilo Walker Evans" cuando se trabaja en el metro...